Publicado por

LOS TEMAS DE ‘HIERBA’ Y ‘NADA ES VERDAD’: UNA LECTURA DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Publicado por

LOS TEMAS DE ‘HIERBA’ Y ‘NADA ES VERDAD’: UNA LECTURA DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

  Introducción: La emergencia del feminismo de masas y su llegada a las instituciones culturales y artísticas ha dejado en evidencia el papel que estas instituciones han tenido como constructoras y perpetuadores de los sistemas patriarcales a lo largo de la historia, extendiendo la ciudadanía la práctica de interpretar el “mapa de las violencias como un entramado que conecta la violencia de género con la violencia económica, financiera, política, institucional y social” (Rita Gago, citada en Iribarren et al., 2023;…
  Introducción: La emergencia del feminismo de masas y su llegada a las instituciones culturales y artísticas ha dejado…

 

Introducción:

La emergencia del feminismo de masas y su llegada a las instituciones culturales y artísticas ha dejado en evidencia el papel que estas instituciones han tenido como constructoras y perpetuadores de los sistemas patriarcales a lo largo de la historia, extendiendo la ciudadanía la práctica de interpretar el “mapa de las violencias como un entramado que conecta la violencia de género con la violencia económica, financiera, política, institucional y social” (Rita Gago, citada en Iribarren et al., 2023; 83). Por este motivo, en el presente escrito, abordaré el análisis tematológico comparado de Hierba (2022) de Keum Suk Gendry-Kim y Nada es verdad (2023) de Verónica Raimo, desde una perspectiva de género e interseccional, con el fin de entender de qué manera ambas obras tratan el tema de la violencia sobre los cuerpos femeninos y la construcción identitaria de la mujer en los sistemas patriarcales.

 

Marco teórico y metodológico:

Para poder hacer un desarrollo claro del análisis, estableceré el marco teórico que movilizaré a continuación.

Así las cosas, por “interseccionalidad” hago referencia la “perspectiva teórica y metodológica que busca dar cuenta de percepción cruzada o imbricada de las relaciones de poder” (Viveros, 2016; 2). Es una perspectiva pragmática que pretende combatir las opresiones múltiples y simultáneas apelando a los sistemas de opresión interconectados – el patriarcado, el racismo, el capitalismo y el nacionalismo –.

Por su parte, cuando hablo de las violencias contra las mujeres me refiero a aquellas que tienen como objetivo “el sostén y la reproducción del modelo y el orden patriarcales que mantienen las relaciones desiguales de poder, la superioridad de la masculinidad hegemónica y, en consecuencia, la subordinación y el control de las mujeres” (Iribarren, 2023; 92). Estas violencias pueden ser de tipo físico, psicológico, sexual, económico, digital, institucional, obstétrico, de segundo orden, vicario, estructural o simbólico; y tienen lugar dentro del patriarcado, entendido como el “diseño social compuesto por instituciones ideológicas y coercitivas que ordena el poder siguiendo la lógica concreta que legitima el estar en la cúspide a (…) el hombre blanco, occidental, heterosexual, cis y rico” (Serrano, 2022).

El sistema patriarcal abarca todos los ámbitos de la vida y se construye sobre las relaciones de poder que se constituyen entre todos los miembros de la sociedad, planteando un sistema de privilegios basados en el género. El género a su vez, es una construcción histórica, pero “tiene un tiempo tan largo como el tiempo de la especie, un tiempo lentísimo, mucho más lento que el de la historia de las mentalidades” (Segato, 2016; 153), lo que significa que está cristalizado, que, aunque haya aumentado la conciencia feminista y el problema de las violencias contra las mujeres, “el imaginario de género que se encuentra por detrás de ellas, como su caldo de cultivo, se encuentra intacto” (Segato, 2016; 154). En resumidas cuentas, siguiendo las aportaciones de Michel Foucault, la naturalización del género es una verdad construida discursivamente. El patriarcado es el ‘régimen de verdad’ de nuestras sociedades, es el sistema de poder que produce y mantiene los ámbitos de saber/poder (Foucault, 1999; 55).

La metodología empleada, por tanto, consiste en varias lecturas analíticas[1], a partir de las cuales he extraído evidencias textuales que, junto con el estudio de las figuras retóricas y visuales empleadas, así como el estilo y las redundancias, me han permitido establecer paralelismos y oposiciones entre las obras y explorar el tema de las violencias sobre el cuerpo de las mujeres y la construcción de la identidad femenina en los sistemas patriarcales.

 

Análisis:

Como hemos comentado más arriba, las obras en cuestión tratarían el tema de la violencia sobre el cuerpo de las mujeres y la construcción de la identidad femenina en los sistemas patriarcales.

Nada es verdad se puede considerar una ‘novela de formación’ (Bildungsroman), en forma de un largo monólogo de apariencia autobiográfica, en la que la autora mezcla realidad e inventiva, como se hace en las ‘novelas de no-ficción’, lo cual la emparentaría con obras como El Amante (1984) de Marguerite Duras. En la novela de Verónica Raimo se tratan algunos pasajes de la infancia, la adolescencia y la adultez de la escritora, haciendo un especial énfasis en la familia y la formación de su identidad como mujer.

En el caso de Hierba se hace una reconstrucción verosímil de Lee Ok-Sun, una superviviente de la explotación sexual por parte del ejército japonés a las mujeres coreanas durante la Segunda Guerra Mundial. En este caso, Keum Suk Gendry-Kim se alinea con la tradición de las literaturas de la posmemoria, consistente en obras que “transmiten una memoria ‘mediada sobre los hechos que los autores no han vivido en primera persona, pero que ha sido legada (…) junto al trauma de la violencia” (Casas, 2020; 23). En este sentido, la obra se relaciona formalmente con, por ejemplo, Maus (1991) de Art Spiegelman.

A continuación, realizaré el análisis comparativo de ambas obras a partir de los tres subtemas que, a partir de las observaciones realizadas durante la lectura, considero más relevantes para la comparación: el crecimiento y desarrollo de las mujeres en las sociedades patriarcales; la violencia y la búsqueda de la libertad.

En primer lugar, es evidente que Nada es verdad dedica más páginas al crecimiento personal, especialmente en el ámbito de las relaciones familiares y de amistad, mientras que en Hierba este desarrollo en el seno familiar se ve interrumpido por la situación de pobreza extrema que obliga a la familia a entregar a su hija al servicio de otra familia, pasando a tratar más explícitamente el tema de la instrumentalización del cuerpo femenino y la violencia que comentaré más adelante. Ambas obras reproducen los roles de género que asignan al hombre el ámbito público, el ámbito de la producción; y a la mujer el ámbito privado, de la reproducción, del cuidado de la familia. Raimo hace patente esta situación con el motivo de “Francesca está al teléfono”, que se repite más de diez veces a lo largo de la novela, haciendo omnipresente la figura sobreprotectora de la madre, a quien la ansiedad de no recibir noticias de su hijo “aún la lleva a fantasear hoy con escenarios de desaparecidos argentinos, la que siente por mí [por Verónica] nunca está teñida de heroísmo, si acaso de erotismo. A sus ojos nadie pretende acabar conmigo, sino simplemente acostarse conmigo” (Raimo, 2022; 42).

Esta frase es relevante en tanto que muestra la instrumentalización social que se hace del cuerpo de las mujeres, el cual se constituye como una especie de propiedad pública al servicio del patriarcado, viéndose el consentimiento sobre este, no tanto un derecho individual inalienable, sino como una voluntad que queda supeditada, en última instancia, al sistema de opresión. Por este motivo, le acaban cortando contra su voluntad el pelo a Lee Ok-Sun (p.111) o es arrastrada al aeródromo este de Yanji (p.162-167).

El cuerpo de las mujeres acaba convirtiéndose en, o un objeto de deseo y satisfacción sexual – de ahí que Lee Ok-Sun sea una ‘mujer de consuelo’ o Verónica reciba propuestas sexuales a cambio de trabajos (p.148-149) y tenga experiencias con exhibicionistas (p.92)  –, o en el instrumento que permite la reproducción de la sociedad – de ahí que se insista Lee Ok-Sun a casarse tras ser liberada (p.407-408), o que la madre de Verónica le insista en tener un hijo o cuando decide abortar, su hermano la manipule emocionalmente regalándole libros sobre la maternidad y la culpabilidad (p131) –. Así las cosas, se acaba sexualizando el cuerpo femenino y a la vez, se penaliza a la mujer que no se mantiene casta para el cumplimiento de su labor reproductiva: supone una vergüenza para Lee Ok-Sun que se descubra su pasado en la casa de consuelo y, también, el doctor juzga abiertamente a Verónica cuando va a abortar porque considera que ya tiene una edad lo suficientemente avanzada como para decidir no tener hijos y porque “solo piensa en follar” (p.133). En esa misma línea criminalizadora encontramos iniciativas como el ‘jardín de los ángeles’ en el relato de Verónica (p.136).

En segundo lugar, y recogiendo esta idea de consentimiento, pasaré a comentar el tratamiento que las novelas hacen de las violencias.

En Hierba, resulta evidente el empleo de la violencia física sobre Lee Ok-Sun y las demás ‘mujeres de consuelo’. Si entendemos la violencia contra las mujeres desde el prisma estricto de la agresión física o sexual, no podríamos percibir todas las formas que tiene el patriarcado para mantener el sistema de dominación. La comparativa entre las dos novelas demuestran, en línea de los estudios recientes que, “en toda situación de crisis (…) las violencias contra las mujeres se agudizan” (Iribarren, 2023; 83).

En ambas novelas encontramos flagrantes casos de violencia obstétrica. En ambas se retrata la vulneración de los derechos reproductivos. En el caso de Nada es verdad, ya hemos comentado la violencia simbólica y discursiva que ejerce el doctor juzgando, en nombre de la sociedad, la decisión de Verónica de abortar. Pero, en el caso de Hierba, Lee Ok-Sun narra la historia de Mija Eonni, una joven de 18 años que, producto de la negativa a ponerse condón por parte de un soldado japonés, se quedó embarazada y se vio obligada, primero a buscar formas clandestinas y peligrosas de abortar – como ingerir pastillas o lanzarse sobre una piedra – y, una vez parido el bebé, a volver a ‘trabajar’ sin haberse recuperado y tras presenciar cómo le robaban a la criatura (p. 187-192).

Finalmente, en cuanto a la búsqueda de la libertad, ambas protagonistas intentan, en sus diferentes ámbitos – la casa de consuelo y el piso con nuevos muros – huir de su situación y de la opresión estructural ejercida, por el ejército japonés en un caso, y por la familia en el otro. En un plano extradiegético, ambas obras pretenden desvelar el discurso patriarcal, planteando formas de resistencia. La novela gráfica Hierba – y en general las obras de Gendry-Kim – pretende dar voz a las subalternas, a las mujeres que han sufrido más duramente las consecuencias de la agudización del patriarcado en un periodo de crisis, con el fin de hacer justicia, de reivindicar la reparación de daños. Esta poética que es empleada por Gendry-Kim para profundizar en el tratamiento de las emociones, se convierte en un sarcasmo y un humor cínico afilados en la novela de Verónica Raimo, quien narra su historia inventándosela, representando con su inventiva esa identidad cambiante que busca rehuir a la categorización estanca del patriarcado. Así, busca la libertad en la invención literaria, en sus numerosos nombres – Vero, Oca, Cucarachilla, Caniji, e incluso haciéndose pasar por su hermano, o por Úrsula Le Guin –, en una creación libre de la opresión que se ejerce sobre el cuerpo femenino

 

Conclusiones:

Por todo lo expuesto en el presente análisis considero oportuno pensar el patriarcado desde su perspectiva de campo de saber/poder, es decir, desde una perspectiva discursiva que permita desentrañar toda su complejidad. En Hierba, las desigualdades entre hombres y mujeres son obvias desde el inicio, en el que a Lee Ok-Sun le niegan ir a la escuela, aunque su hermano vaya, porque “¿Eres tu hermano? No, ¿Verdad? Pues no digas estupideces” (Grendry-Kim, 2022; 29). Mientras que en Nada es verdad, el género opera de maneras más sutiles. Si le preguntáramos a la familia de Verónica – o a la gran mayoría de personas de nuestro tiempo – si existe una superioridad de capacidades del hombre sobre la mujer, o si la supuesta supremacía masculina debe manifestarse en desigualdades o privilegios legales o sociales, dirán que no. No obstante, están empleando el discurso patriarcal haciendo que se vean hablando desde una posición que sostiene la supremacía masculina y la subordinación de las mujeres.

 

 

BIBLIOGRAFÍA:

– Canadell, Roger; Iribarren, Teresa; Fernández, Josep-Anton (eds.). 2021. Narratives of Violence. Venecia: Edizioni Ca’ Foscari.

– Casas, Ana. 2020. Escrituras del yo: la autoficción. Barcelona: FUOC.

– Fontana, M. 1999. «Verdad y poder». En: Foucault, M. Estrategias de poder. Barcelona: Paidós Ibérica, 41-55.

– Foucault, Michael. 2002. El orden del discurso. Buenos Aires: Tusquets Fábula.

– Gendry-Kym, Keum Suk. 2022. Hierba. Trad. Joo Hasun. Barcelona: Reservoir Books.

– Iribarren, Teresa; Gatell Pérez, Montse; Serrano-Muñoz, Jordi; Clua i Fainé, Monserrat. 2023. Literatura y violencias machistas. Guía para trabajos académicos. Venecia: Edizioni Ca’ Foscari.

– Isarch, Antoni. 2019. Temas de literatura contemporánea. Barcelona: FUOC.

– La Barbera, María Caterina. “Interseccionalidad”. Eunomía. Revista en Cultura de la Legalidad, 12 (septiembre): 191-198.

– Raimo, Verónica. 2023. Nada es verdad. Trad. Carlos Gumpert. Barcelona: Libros del Asteroide.

– Segato, Rita Laura. 2016. La guerra contra las mujeres. Madrid: Traficantes de sueños.

– Serrano, Jordi. 2022. “Literatura, violencias y decolonialidad” [Audiovisual]. Barcelona: FUOC.

– Viveros, Maya. 2016. “Interseccionalidad: una aproximación situada a la dominación”. Debate Feminista, 52: 1-17.

 

[1] Emplearé el uso de la primera persona del singular (“yo”) para dejar patente que estoy realizando una lectura situada, escribiendo desde unas coordenadas de género, clase y étnicas específicas.

Debate2en LOS TEMAS DE ‘HIERBA’ Y ‘NADA ES VERDAD’: UNA LECTURA DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO

  1. Juliana Arroyave Rincón says:

    Borrador Ensayo PEC»:

    Cuerpos que resisten, violencia y locura en Carcoma y La vegetariana.

    Analizar la voz femenina en la literatura contemporánea nos permite abordar la perspectiva de autoras situadas en contextos culturales disímiles, pero al mismo tiempo nos posibilita la comprensión de los puntos de encuentro a través de temas que trascienden el espacio y la localización, como el poder del patriarcado, el cuerpo femenino, la opresión y la violencia de género y las masculinidades que la sustentan. Las novelas La vegetariana de Han Kang (2024) y Carcoma de Layla Martínez (2021) nos trasladan a formas de vida que transitan por estas dimensiones desde contextos culturales muy diversos, entre la Corea del Sur contemporánea o la España rural posfranquista, pero con una convergencia temática considerable: mujeres que, mediante el silencio, el deterioro o la locura, resisten las formas normativas de género impuestas por estructuras patriarcales, sociales y simbólicas.

    Ambas obras de la literatura contemporánea, desde la perspectiva de la tematología, nos sumergen en la exploración del cuerpo femenino como batalla, la locura como forma de resistencia y las masculinidades negativas como instrumento de opresión estructural. Temas que a su vez trazan las líneas de encuentro entre los arquetipos y símbolos, entre estos dos relatos, a través del análisis de figuras universales como el cuerpo culpable, el patriarcado opresivo o la mujer disidente. Veremos cómo ambas novelas despliegan las formas de una resistencia corporal al orden patriarcal, mediante figuras femeninas marginadas, que utilizan el silencio, la locura o la supuesta abyección como formas radicales de disidencia simbólica, centrándonos así en tres temas fundamentales: el cuerpo femenino como espacio de poder, control y violencia, la locura como resistencia, en el que nos encontramos con el arquetipo de la “mujer loca” o “bruja”, la mujer peligrosa que rompe con la lógica racional del deber ser del comportamiento femenino, ambos estereotipos y violencias perpetuadas a través de las masculinidades negativas que se convierten en el instrumento de la opresión estructural.

    Diversas son las manifestaciones de violencia sobre el cuerpo de las mujeres, la violencia del encierro en ese mundo privado del hogar, la violencia del padre que controla, la violencia del marido que decide, la violencia del patriarcado que juzga, la posesión del cuerpo como territorio entre muchas otras formas de opresión, incluso las violencias psíquicas que se convierten en cuerpo, en odio, en enfermedad. El cuerpo de las mujeres, retomando las palabras de Viñuela Suárez (2020),

    ha sido a lo largo de la historia, un territorio sobre el que se han librado numerosas batallas en torno a los significados de la feminidad y a la posición que ocupan las mujeres en cada sociedad (pág. 104), […] La violencia de género, las violaciones, la mutilación genital femenina, la prostitución, etc. son agresiones que se ejercen sobre el cuerpo vivo de las mujeres de todo el mundo. (pág. 113)

    En Carcoma, la novela hace explícito cómo el cuerpo de las mujeres es objeto de múltiples formas de violencia simbólica, doméstica y social; cuando la abuela cuenta la historia de su madre y de su vida, en esa casa que las encierra y de la que ella sabe que ni ella ni su nieta saldrán nunca, asegura que su padre “no le había regalado aquella casa [a su madre], la había condenado a vivir en ella. [La casa] se había construido sobre el cuerpo de aquellas mujeres y se mantenía sobre el de mi madre” […]“Aquí se te caen los dientes y el pelo y las carnes y a la que te descuidas te andas arrastrando de un lado para otro” (Martinez, 2021, pág. 26). El cuerpo es oprimido encerrado y controlado, el cuerpo es el de su madre y ella misma, pero también el de todas las mujeres prostitutas del negocio de su padre.  El cuerpo de todas las mujeres se oprime y controla, tanto vivas como muertas en la casa de Carcoma.

    En La vegetariana (Kang, 2024), por su parte, el cuerpo se vuelve campo de batalla cuando Yeonghye decide dejar de comer carne como forma de negar la normatividad patriarcal que la consume. Su cuerpo pasa por una transformación y deterioro autoinfligido que se podemos leer como resistencia, pero es un cuerpo que todos quieren controlar, para que vuelva a la normalidad, al camino de lo establecido, y en ese sentido, la familia, los médicos, el marido, quieren hacer que ese cuerpo sea el de siempre, el que debe ser.

    Esto nos sitúa a su vez en el lugar de la violencia psicológica, que no solo se ejerce hacia las mujeres, sino que determina socialmente la subjetividad psíquica de las mujeres en la sociedad, de acuerdo a cómo se sitúen sus cuerpos en ella. La locura de las mujeres se convierte en otro espacio de opresión, en la cultura patriarcal “son verdaderamente locas aquellas mujeres que, por su imposibilidad, desobediencia, o rebeldía, transgreden las cualidades de la feminidad (Lagarde, 2005, pág. 770). Las mujeres fallidas, según Lagarde (2005), actúan y viven la parte negativa de la feminidad y del mundo, cuando no cumplen con su deber ser, dictado desde la racionalidad patriarcal. Sin embargo, lo interesante de las novelas que estamos analizando, es que sus creadoras usan la idea de la mujer fallida no como un juicio, sino como una forma de lucha, una forma de soltar las formas de coerción cultural y social a las que están sujetas.

    En La vegetariana, Yeonghye es considerada loca por su familia por negarse a las convenciones sociales y patriarcales, atender como se debe a su marido, comer carne como se debe de acuerdo al mandato social. En Carcoma, la locura se hereda, se transmite Las sombras de la casa se les meten dentro a las mujeres, la abuela y la nieta,  se les enredan en las entrañas y no pueden arrancárselas (Martinez, 2021), el pueblo lo sabe, son las brujas, las indecentes, las pobres las peligrosas. Pero Yeonghye, es peligrosa por su silencio, su delgadez extrema y sus alucinaciones. Pero en ambos casos, no se trata de enfermedad o locura, sino en formas de subversión contra los discursos dominantes sobre el cuerpo femenino, en conocimiento alternativo, como una forma de venganza y de encontrar un lugar en el mundo. Las autoras retoman el imaginario de “la mujer fallida” para mostrar la lucha de las mujeres por deslocalizar o localizar un lugar en el mundo, para subvertir los lugares que el padre, el marido, el violador, el patriarca han definido.

    Bajo este escenario, es importante hablar del ese otro gran tema que es parte funcional de este entramado de las vivencias de las mujeres protagonistas de las dos novelas, y son esas masculinidades negativas, que se convierten en el instrumento para perpetuar las violencias y opresiones propias de las estructuras patriarcales, como lo mencionamos al principio. Para Kaufman (1997, pág. 35) existe en la vida de los hombres una extraña combinación de poder y privilegios, dolor y carencia de poder, […]gozan de poder social y de muchos privilegios, pero la manera como hemos armado ese mundo de poder causa dolor, aislamiento y alienación tanto a las mujeres como a los hombres. Las formas de masculinidad, o esas masculinidades variables y contingentes, se basan en el poder social de los hombres, pero son asumidas de manera compleja por hombres individuales. (Kauffman, 1997, pág. 65)

    Siguiendo este hilo, en Carcoma, podemos recordar de nuevo cuando la abuela cuenta la historia de su madre: “Si mi madre había pensado que era mejor que las demás, mi padre le bajó la soberbia a golpes” (Martinez, 2021). Pero al mismo tiempo el patriarca queda atrapado el un muro que él mismo construye, por cobardía y abuso, se enconde en la casa para huir de la guerra, pero “la mujer fallida” de su esposo lo encerró en el cuarto de su huida: enyesado y calado a la pared para siempre. Por otro lado, el esposo de Yeong-hye representa la masculinidad funcionalista que la reduce a una figura decorativa. Su desaprobación por su decisión alimentaria no tiene que ver con salud, sino con el rol de esposa obediente que él espera, rol naturalizado y exigido por su propio padre que la ataca con violencia y desdén.

    La vegetariana de Han Kang y Carcoma de Layla Martínez, desde contextos culturales distantes, convergen en una crítica profunda a las estructuras patriarcales que moldean, disciplinan y violentan los cuerpos de femeninos, que se encuentran a través del silencio, la enfermedad, la abyección y la supuesta locura, sus propias formas radicales de resistencia frente a un sistema que no ofrece otras vías posibles de escape. Ambas novelas sitúan al cuerpo femenino como el lugar en el que se inscriben, no solo las agresiones visibles, sino también las violencias simbólicas y psíquicas que configuran el devenir de las protagonistas. Bajo la mirada de la tematología, estas dos obras nos permiten reconocer patrones universales en la representación del poder patriarcal, así como pensar la literatura no solo como reflejo, sino como herramienta crítica, para poner en cuestión temas persistentes cómo el género, el cuerpo y el poder, y cómo se articulan en la ficción contemporánea revelando los conflictos no resueltos de las estructuras sociales actuales.
    Referencias
    Viñuela Suárez, L. (2020). El cuerpo femenino como campo de batalla. Indumenta: Revista del Museo del Traje(3), 104-114. Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7771870

    Federici, S. (2010). Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación orginaria. Buenos Aires: Tinta Limón.

    Hernández Alonso, R., & Raquel Oli, S. (2021). Introducción. En A las malas. Desobediencia y rebeldía como transgresión femenina en la literatura. Granada: Comares.

    Kang, H. (2024). La Vegetariana. Bogotá D.C.: Penguin Random House.

    Kauffman, M. (1997). Las experiencias contradictorias del poder entre los hombres. En FLACSO (Ed.), Masculinidades: poder y crisis (págs. 63-81). Santiago de Chile: Isis Internacional.

    Lagarde, M. (2005). Los cautiverios de las mujeres. Madresposas, monjas, putas, presas y locas. Universidad Nacional Autónoma de México.

    Martinez, L. (2021). Carcoma. Titivillus.

     

Publicado por

Memòria i resistència a partir del trauma

Publicado por

Memòria i resistència a partir del trauma

TEMES DE LITERATURA CONTEMPORÀNIA Francesca Sastre Munar Memòria i resistència, a partir del trauma   En aquest assaig analitz el rol d’identitat, memòria i resistència  davant la violència institucional  contra les dones, a partir de dues obres literàries Hierba, de Gendry Kim Keum Suk (2019)i Pechos y Huevos, (2019),de Mieko Kawakami . Dos exemples molt diferents de com el testimoniatge i la resistència actuen com a estratègies de denúncia de la violència institucional que s’exerceix i de com,   mitjançant la…
TEMES DE LITERATURA CONTEMPORÀNIA Francesca Sastre Munar Memòria i resistència, a partir del trauma   En aquest assaig analitz…

TEMES DE LITERATURA CONTEMPORÀNIA

Francesca Sastre Munar

Memòria i resistència, a partir del trauma

 

En aquest assaig analitz el rol d’identitat, memòria i resistència  davant la violència institucional  contra les dones, a partir de dues obres literàries Hierba, de Gendry Kim Keum Suk (2019)i Pechos y Huevos, (2019),de Mieko Kawakami . Dos exemples molt diferents de com el testimoniatge i la resistència actuen com a estratègies de denúncia de la violència institucional que s’exerceix i de com,   mitjançant la literatura,  es visibilitzen polítiques d’opressió que posen en qüestió la idea de progrés.

Tot i que les dues obres a comparar pertanyen a realitats diferents, exploram la crítica que aquestes obres presenten de l’hegemonia de l’heteronormativisme i com la memòria del passat i el testimoniatge del present poden confluir per denunciar la visió patriarcal que genera violències que s’intenten invisibilitzar o minimitzar. També, intent analitzar si aquests testimonis es presenten con una eina a canviar el futur, contribuint a conscienciar sobre la necessitat de respectar els drets humans i de denunciar les opressions, i les desigualtats, no només en temps de crisi com és una guerra, sinó també en moments de prosperitat econòmica. Per tant, observ com la memòria individual passa a ser la memòria col.lectiva.

Vull abordar aquesta anàlisi des d’un punt de vista ampli.  La vehiculació d’aquests testimonis també comporten una mostra de com interactuen distints eixos d’opressió, dominació i discriminació, com ara el gènere, la sexualitat, la classe o la pertinença ètnica, en allò que es defineix com  la mirada interseccional (Crenshaw, 1989).

 

L’impacte (què). El context.

A “Hierba” es recull el testimoni real de Lee Ok-Sun, una dona coreana que durant la Guerra del Pacífic va ser explotada sexualment per l’exèrcit imperial japonès.

L’autora de Hierba, Gendry-Kim tracta de la recuperació de la identitat i de la dignitat després d’una experiència traumàtica, a través del testimoni d’una supervivent. Mieko Kawakami, a Pechos y Huevos, en canvi,   aborda  des d’una perspectiva feminista l’ètica de la reproducció en el context del Japó contemporani, que manté uns patrons discriminadors de la dona malgrat la imatge de prosperitat i modernitat que projecta.

A partir dels testimoni i  diàlegs amb  diferents personatges de ficció planteja situacions  d’opressió i de resistència en una societat encara patriarcal  i tradicional, que es qüestiona aquests valors. Tot i la distància temàtica i formal, tant l’obra de Hierba com Pechos Y Huevos, es poden veure com exemples de resistència a l’opressió, que ens interroguen des del passat i que fan visibles en el present qüestions que afecten a les dones.  I precisament, aquesta distància en el temps i en el fets relatats ens serveix per veure com des de punts de vista molt distants es poden copsar distintes formes de violència.

 

Com es representen els testimonis de violència

 

En el cas de Hierba, l’autora recull el testimoni real  d’una anciana  coreana que          en forma d’entrevista dibuixa els records de Lee Ok-Sun, una de les anomenades “dones consol”, eufemisme que utilitzava l’exèrcit japonès per designar les prop de 200 mil dones que varen ser obligades a prostituïr-se  durant l’expansió colonial del Japó Imperial de la Guerra del Pacífic (1937-1945. La protagonista del llibre de Keum Suk és una dona anciana,  que ha aconseguit tornar a Corea gràcies a un programa d’ajuda per a aquestes víctimes.  Després de múltiples negociacions entre els governs de Corea i el Japó per arribar a un acord de compensació per a les brutalitats comeses en el passat, la protagonista continua reclamant un reconeixement reivindicant un lloc en aquestes negociacions on no se‘ls ha tengut en compte. La memòria i la denúncia de la protagonista és sobre la violència física patida, però també la violència simbòlica i institucional. En el llibre es reflecteixen les dificultats per expressar la pròpia experiència, el trauma posterior i la marginació que varen patir per part dels seus familiars i la societat coreana, anys després. A partir dels anys setanta, la denúncia de com els governs els han exclòs de les negociacions que ha tengut més en compte els aspectes econòmics més que no els morals ha creat un debat en la societat coreana i també ha tensat les relacions diplomàtiques amb els estats, que han reivindicat la memòria d’aquest fet, amb el govern japonès. A partir dels anys setanta,  s’inicia una presa de consciència sobre la violència contra la dona  que fa que es crein entitats que denuncien els efectes de la colonització de Corea per part del Japó, coincidint amb els moviments nacionalistes de Corea i també amb la proliferació d’estudis i testimonis de les principals catàstrofes del segle XX , com apunta A. Huyssen, a partir de l’Holocaust.

“Memory discourses of a new kind first emerged in the West after the 1960s in the wake of decolonization and the new social movements and their search for alternative and revisionist histories.” Huyssen, A (2002)

 

 

 

 

Memòria i trauma

El testimoni de la víctima constitueix la font essencial en aquesta reconstrucció del passat que trobam a Hierba.  El relat en primera persona es converteix en el suport de la memòria. Però, com indica Beatriz Sarlo,(2005) aquesta memòria defuig del caràcter individual per fer de portaveu de totes les víctimes silenciades.

“ No obstante, es importante considerar que su carácter autoreferencial no permite ser sometido a las reglas críticas de otros discursos referenciales: “(el testimonio) no puede representar todo lo que la experiencia fue para el sujeto, porque se trata de una ´materia prima´ donde el sujeto testigo es menos importante que los efectos morales de su discurso. No es el sujeto el que se restaura a sí mismo en el testimonio del campo, sino una dimensión colectiva que, por oposición y por imperativo moral, se desprende de lo que el testimonio transmite” (Beatriz Sarlo, 2005) Tiempo Pasado. Cultura de la Memoria y Giro Subjetivo. Siglo XXI. Buenos Aires.

Coincidint amb A. Huyssman(2002), cal analitzar com aquesta por i perill d’oblit conviu amb estratègies de supervivència de commemoració pública i privada. El gir cap a la memòria està subliminalment dinamitzat pel desig d’ancoratge de nosaltres mateixos en un món caracteritzat per una creixent inestabilitat del temps i la fractura de l’espai habitat. En el cas de Hierba, l’edat avançada de la protagonista no li impedeix seguir denunciant els abusos del passat, el no-oblit, la resistència. La por a desaparèixer i ser invisibilitzat, denunciant la violència estructural, estipulada per Johan Galtung (1969) i que fa que la jerarquia jugui un rol que perjudica els més febles, en comptes de protegir-los. I la memòria es revindica també davant la violència simbòlica que exercexien les pròpies famílies que varen marginar les protagonistes, estigmatitzant-les, culpabilitzant-les de la seva situació. Pel fet de ser una novel.la gràfica, a les escenes hi ha un muntatge entre passat i present

En els diàlegs a l’obra Pechos Y Huevos, hi ha el trasfons dels abusos sexuals, la figura del pare agressor sobre un personatges de la novel.la que qüestiona el dret a no perpetuar en els fills aquest trauma que pot ser intergeneracional.  De fet per a les víctimes de les violacions dels drets humans,  la violència no és un fet que es recordi només del passat, sinò que segueix formant part del present. És una crítica a la violència que es genera en l’entorn familiar, l’abús que marca i que fa que hagis de cercar l’equilibri entre acceptar o resistir. Tant el personatge de Pechos y Huevos, com la protagonista de Hierba, mantenen un bloqueig emocional per establir noves relacions, per mostrar confiança amb l’entorn. Només els exemples de sororitat semblen rompre l’aïllament i les mancances d’aquest bloqueig.

Conclusions

La reparació individual i comunitària inclou la construcció de memòries. Compartir amb els altres les experiències traumàtiques, el testimoniatge, és una condició necessària per a donar sentit a la pròpia existència i a la comunitat social. En el cas dels personatges de les dues novel.les que hem analitzat, la sensació de ser restituïts és evident en el cas de Hierba, a Pechos y Huevos, és el testimoni d’un dels personatges que posa en relleu les violències sexuals en la família, en un entorn convencional on es manifesta la brutalitat.

Les experiències traumàtiques, invisibilitzades, silenciades o encobertes, no s’inscriuen de forma natural en la consciència social i el registre històric. És necessari obrir ponts perquè les memòries marginades i els testimonis reprimits puguin expressar-se i ser finalment escoltats perquè es reconegui amb empatia el seu sofriment. (A. Assmann 2014, 95). En aquest sentit, la narrativa ofereix un marc idoni per desencapsular la memòria o el testimoni, sigui a través de la ficció o de la no-ficció, no només com a divulgació del passat, sinó també com a promotores d’intervencions socials i polítiques.

Com senyala López Petdzoldt, “la literatura implica el probar experimentalmente saberes de vida, y también el resultado de este experimento vuelve a producir un nuevo saber de la vida y en la vida. La literatura siempre transmite un saber específico de cómo se vive o cómo se podría vivir y, por ende, también un saber de cómo no se puede (sobre)vivir . Y sobre cómo se rememora y cómo se tiene que rememorar para sobrevivir.”

 

Bibliografia

 

Gendry-Kim Keum Seuk.(2019) Hierba. Barcelona Reservoir Books

Kawakami, Mieko.(2019) Pechos y Huevos. Barcelona. Seix Barral

López Petdzoldt, Bruno (2022).Recordar para perdurar. La participación del cine en la reparación de experiencias traumáticas. Guadalajara y Bielefeld: Universidad de Guadalajara/CALAS/Bielefeld University Press.

 

Assman, (2010) “Communicative and Cultural Memory”. En A Companion to Cultural Memory Studies, editad o por Astrid Erll y Ansgar Nünning, 109-118. Berlín/Nueva York: Walter de Gruyter.

 

Huyssen, Andreas (2000) Present  Pasts: Media, Politics.Pulbic Culture. Columbia Unicersity.

 

 

 

 

 

Debate0en Memòria i resistència a partir del trauma

No hay comentarios.

Publicado por

Entrega borrador ensayo sobre Identidad, género y violencia: un análisis comparativo de Las malas y Panza de burro

Publicado por

Entrega borrador ensayo sobre Identidad, género y violencia: un análisis comparativo de Las malas y Panza de burro

Hola a todos, Adjunto el borrador. UOC 24/25 TEMAS DE LITERATURA CONTEMPORÁNEA Sonia Bajo Paredero   Identidad, género y violencia: un análisis comparativo de Las malas y Panza de burro Introducción y presentación de los objetivos, corpus y metodología Las nociones de género y sexualidad han sido históricamente reguladas por estructuras de poder heteropatriarcales que buscan legitimar ciertos cuerpos, deseos y formas de vida, mientras que todo aquello que no se ajusta a la norma dictada es marginado, perseguido, castigado…
Hola a todos, Adjunto el borrador. UOC 24/25 TEMAS DE LITERATURA CONTEMPORÁNEA Sonia Bajo Paredero   Identidad, género y…

Hola a todos,

Adjunto el borrador.

UOC 24/25 TEMAS DE LITERATURA CONTEMPORÁNEA

Sonia Bajo Paredero

 

Identidad, género y violencia: un análisis comparativo de Las malas y Panza de burro

  1. Introducción y presentación de los objetivos, corpus y metodología

Las nociones de género y sexualidad han sido históricamente reguladas por estructuras de poder heteropatriarcales que buscan legitimar ciertos cuerpos, deseos y formas de vida, mientras que todo aquello que no se ajusta a la norma dictada es marginado, perseguido, castigado y condenado a la marginalidad.

Las malas de Camila Sosa Villada y Panza de burro de Andrea Abreu son dos obras que, aunque desde diferentes contextos y estilos narrativos, abordan el complejo tema de vivir la homosexualidad y el género en sociedades que reprimen y no aceptan estas identidades, rechazando y castigando la diversidad. Además, ambas novelas destacan cómo estas experiencias están atravesadas por formas de violencia que operan en niveles simbólicos, físicos y psicológicos y que determinan la existencia y el desarrollo de las figuras protagonistas.

Las malas narra la vida de la protagonista y su convivencia con un grupo de mujeres trans en Córdoba, Argentina. En la obra se exploran temas como la identidad, la violencia de género, la exclusión social, la resistencia y la resiliencia. Se combinan realidad y ficción y refleja la travesía de la protagonista hasta llegar al momento presente. Es una novela narrada en primera persona, donde se describe y cuenta lo descarnado de la realidad que viven los trans por su condición de género.

Por otro lado, Panza de burro es una novela ambientada en un rincón nublado, estancado de Canarias. La historia captura la niñez y el despertar sexual de sus protagonistas, pero al mismo tiempo reflexiona sobre temas como la amistad, la desigualdad y el entorno social. Su lenguaje es fresco, ligero y auténtico, y toda la obra refleja una sensibilidad conmovedora. La profundidad con la que explora los sentimientos es tal que podría interpretarse también como una obra de carácter autobiográfico.

El objetivo de este ensayo es explorar, desde una perspectiva de género, cómo estas novelas retratan la vivencia de la homosexualidad, de la diversidad y el género y cómo se denuncian las múltiples violencias que enfrentan los personajes. En consonancia con lo anterior habría que explorar así mismo la imagen y el uso del cuerpo femenino: el cuerpo como imagen del yo, como arma, como escudo, como herramienta, como castigo… dependiendo de quién haga uso de él. Resulta también llamativa la invisibilidad que aparece en ambas obras, unas veces buscada y otras padecida, la invisibilidad y el anonimato como salvación ante la violencia y el rechazo.

Para ello, se empleará una metodología hermenéutica comparativa, enfocada en interpretar las diferentes temáticas que se tratan en los textos, los mecanismos narrativos y los contextos socio-culturales que configuran las historias y los personajes, y cómo estos reflejan o cuestionan las normas sociales, cómo se adaptan y qué mecanismo usan para sobrevivir en una sociedad hostil dominada por el heteropatriarcado.

  1. Desarrollo del ejercicio hermenéutico comparativo

El tema principal de ambas obras se centra en la violencia de género que enfrentan tanto las figuras protagonistas como las secundarias, abordando distintas manifestaciones de esta, tanto la simbólica como la psicológica y la física. Entre los subtemas destacados se tratarán dos principales. Por un lado, nos enfrentamos al rol predominante que ocupa la imagen de la mujer en ambas obras y la importancia que se le atribuya al físico y al hecho de que las mujeres deben cumplir con unos cánones de belleza, que a veces son impuestos por la sociedad patriarcal y otras deseados por las propias mujeres que buscan cumplir con ese canon para no quedar excluidas y ser marcadas. Además, otro subtema relevante que se explora en los textos es el despertar sexual, esas primeras relaciones sórdidas, relaciones circunstanciales, no consentidas, de abuso y protegidas por la vergüenza, donde se instrumentaliza y se violenta el cuerpo femenino para satisfacer los deseos masculinos.

2.1. La violencia simbólica en las narrativas

En Las malas, la violencia simbólica se manifiesta en los prejuicios y estigmatizaciones que enfrentan las protagonistas trans en Argentina. El uso del lenguaje deshumanizante y la exclusión social son representados por Camila Sosa Villada como herramientas que refuerzan la opresión sistémica. A través de su prosa, la autora denuncia cómo estas formas de violencia no física perpetúan la marginalización, pero también destaca la capacidad de las protagonistas para resignificar su identidad a pesar de las agresiones.

En Panza de burro, la violencia simbólica aparece de manera más sutil, pero igualmente impactante, a través de la pobreza y el aislamiento que moldean la vida de las protagonistas. La posibilidad de un afecto homosexual, sugerido en la obra, choca con las normas no escritas pero seguidas por la comunidad canaria, donde cualquier expresión de amor que escape a la heteronormatividad es invisibilizada o directamente reprimida para evitar el aislamiento, el señalamiento, el ostracismo que de seguro se dará, puesto que es una sociedad todavía muy cerrada y que no acepta lo que se sale de la norma.

 

2.2. La violencia física como constante amenaza

La violencia física ocupa un lugar central en Las malas, donde las protagonistas enfrentan agresiones directas debido a su identidad de género y su orientación sexual. Sosa Villada documenta los ataques físicos y el peligro constante al que se enfrentan las mujeres trans, mostrando cómo esta violencia no solo busca controlar sus cuerpos, sino también anular su existencia. Esta novela subraya la brutalidad de un sistema que legitima tales abusos. Este castigo al cuerpo es en ocasiones buscado por la protagonista, como si realmente fuera merecedora de ello. El cuerpo es instrumentalizado por propios y extaños.

Aunque en Panza de burro la violencia física no es, en el caso de las protagonistas, tan explícita, sí se pueden percibir indicios de una amenaza latente. El entorno hostil y las dinámicas de poder entre adultos y niños insinúan un sistema opresivo que no necesita de golpes para ejercer su control, pero que siempre sugiere la posibilidad de una represión física contra cualquier desviación de la norma. De hecho, la historia de  Juanita Banana, un personaje secundario víctima de violencia física por su género, funciona como un presagio de lo que le puede ocurrir al que no acate las normas.

2.3. La violencia psicológica y sus efectos

La violencia psicológica en Las malas se expresa a través del constante cuestionamiento de la humanidad y la valía de las protagonistas. El relato evidencia el impacto emocional de vivir en una sociedad que niega su derecho a ser y amar libremente. Sin embargo, también celebra su capacidad de resiliencia y de encontrar alegría en medio de la adversidad.

En Panza de burro, la violencia psicológica es más interna, reflejada en los pensamientos y emociones de las jóvenes protagonistas. La presión por ajustarse a las expectativas de su entorno y la incertidumbre sobre su identidad se traducen en una lucha interna que refleja los costos emocionales de vivir en una sociedad rígida y represiva.

2.4. El cuerpo y el despertar sexual

El cuerpo femenino aparece como un medio para encontrar la identidad, sufrir la transformación y satisfacer el deseo. En Las Malas el cuerpo se convierte en un elemento identitario y reivindicativo, mientras que en Panza de burro forma parte del descubrimiento adolescente del despertar sexual. El cuerpo, como concepto, presenta múltiples aristas, algunas de ellas en abierta contradicción : a veces es una barrera, otras un instrumento, puede ser castigo pero también placer, puede ser invisible pero también reivindicativo.

 

 

  1. Conclusiones

Como primera aproximación, se puede argumentar que Las malas y Panza de burro no solo exponen las múltiples formas de violencia que enfrentan quienes viven su homosexualidad en contextos opresivos, sino que también iluminan las estrategias de resistencia y resignificación frente a tales adversidades. Ambas obras revelan que estas violencias no son aisladas, sino estructurales, y están profundamente enraizadas en las normas de género y sexualidad impuestas por la sociedad.

En Las malas, la resistencia toma la forma de una comunidad que se apoya y redefine el significado de ser trans y vivir con autenticidad en un mundo hostil. En Panza de burro, aunque de manera más sutil, el vínculo entre las protagonistas desafía las normas afectivas y permite vislumbrar una posibilidad de libertad frente a la opresión.

Desde un punto de vista argumentativo, estas obras plantean la necesidad de cuestionar profundamente las estructuras sociales que legitiman estas violencias y que no aceptan la diversidad de género. Asimismo, sugieren que la representación literaria de estas experiencias no solo sirve como denuncia, sino como un acto político de transformación y visibilización. La literatura, en este sentido, se presenta como una herramienta para retratar una realidad hasta hace bien poco ignorada en la creación literaria  y como un medio para imaginar nuevas formas de convivencia, más inclusivas y humanas.

 

 

OBRAS DE ESTUDIO

  • Abreu, Andrea (2020). Panza de Burro. Editorial Barret, 2024.
  • Sosa, Camila (2019). Las Malas.Editores Tusquets: Barcelona, 2024.

BIBLIOGRAFÍA

  • César Thomaz, Paulo, (2022). La violencia contra el cuerpo de las mujeres y la escritura literaria. Revistadigital.https://revistadigital.uce.edu.ec/index.php/CONTEXTOS/article/view/3932/4748#info
  • Clua i Fainé, M., Gatell, M., Iribarren,T., Serrano-Muñoz, J. (2023) Literatura y violencias machistas. Guía para trabajos académicos (pp.79-147). Edizione Ca’Foscri: Venezia.
  • Isarch Borja, Antoni (2019). Temas de la literatura contemporánea. 
  • Isarch Borja, Antoni (2019). Introducción a la literatura comparada. 
  • Serrano-Muñoz, Jordi. La estructura del ensayo interpretativo. [28 mins, en línea].UOC

 

Debate0en Entrega borrador ensayo sobre Identidad, género y violencia: un análisis comparativo de Las malas y Panza de burro

No hay comentarios.